En lo que respecta a los sellos mecánicos, el tipo más utilizado es el sello de empuje, también conocido como sello mecánico convencional. Este sello consta de un anillo primario giratorio montado en el eje y un anillo de acoplamiento estacionario alojado en el casquillo del sello. El anillo primario suele estar hecho de un material duro como el carburo de silicio, mientras que el anillo de acoplamiento suele ser de un material más blando como el carbono o el PTFE.
Los sellos de empuje son populares debido a su versatilidad y confiabilidad en una amplia gama de aplicaciones, desde bombas y compresores hasta mezcladores y agitadores. Pueden soportar presiones y temperaturas moderadas a altas, lo que los hace adecuados para diversas industrias, incluidas las de petróleo y gas, procesamiento químico y tratamiento de agua.
Una de las principales ventajas de los sellos de empuje es su diseño simple, que los hace fáciles de instalar, mantener y reemplazar. Las caras del sello se mantienen unidas mediante resortes o fuelles, lo que garantiza un contacto constante y minimiza las fugas. Además, los sellos de empuje se pueden diseñar con múltiples resortes o fuelles para brindar una mejor resistencia a la presión y extender la vida útil del sello.