En general, la mayoría de los sellos mecánicos pueden soportar condiciones de funcionamiento en seco durante solo unos segundos o un minuto como máximo. Algunos sellos especializados, diseñados para el funcionamiento en seco temporal, pueden durar unos minutos en estas condiciones.
Cuando un sello mecánico funciona en seco, la falta de lubricación provoca un aumento de la fricción entre las caras del sello, lo que genera un calor excesivo. Este calor puede dañar rápidamente las caras del sello, lo que provoca rayaduras, grietas o una falla total. Las altas temperaturas también pueden provocar que los materiales del sello se degraden, lo que compromete aún más la integridad del sello.